La asertividad es
una habilidad social, una forma de comunicarnos más satisfactoriamente con los
demás. Ser asertivo
consiste en ser capaz de expresar lo que sientes, lo que deseas o lo que
piensas, de un modo respetuoso con los demás y valorando las consecuencias de
lo que vas a decir a otros.
La falta de
asertividad es una importante fuente de frustración en las empresas y está en
el origen de graves problemas de comunicación;
por lo tanto, una
forma de prevenir el estrés y ganar en satisfacción laboral, es cultivar unas
relaciones más asertivas en nuestro entorno profesional, ya sea con
subordinados, supervisores, compañeros, clientes o proveedores.
Te compartimos 8 tips para ser más
asertivo
1. Reemplaza tus
pensamientos negativos
Sólo si crees estar en el derecho de expresar tus sentimientos y
defender tus ideas podrás hacerlo sin herir a nadie. Empieza a pensar egoístamente positivo.
No puedes cambiar tus emociones, pero si la forma en que las
interpretas.
2. Comprende que la gente
no puede leerte la mente
Quizás creas que tu jefe sabe que quieres un aumento de sueldo,
o que tu novia espera que la invites a una cena romántica, o que tu amigo sabe
lo mucho que te molesta que le dejes un videojuego y que luego no te lo devuelva.
Si quieres que la gente tenga en cuenta tus deseos y necesidades
deberás empezar por expresarlas claramente.
3. Defiende “tu” verdad,
no “la” verdad
Hablar
de forma asertiva no transforma tu mensaje en la única verdad, pero sí la transforma en tu verdad.
Una verdad que nunca te podrá ser negada es como te sientes.
Nadie podrá discutirte si estás contento, triste o enfadado, porque sólo tú
conoces tus sentimientos.
4. Recuerda tu objetivo
pase lo que pase
Para
ser asertivo no debes exponer tan sólo las situaciones, también debes
dejar muy claro lo que quieres.
No es
fácil saber lo que se quiere, así que te recomiendo que antes lo pienses
detenidamente. ¿Realmente quieres un aumento de sueldo o un proyecto más
motivador? ¿Deseas que tu novio no salga tanto con sus amigos o que cuando esté
contigo te dedique más atención y cariño?
Cuanto
más claro tengas lo que quieres, más probable será que lo consigas.
5. Sé siempre lo más
concreto que puedas
Además
de conocer cuál es tu objetivo real en esa situación, debes ser capaz de transmitir
exacta y detalladamente lo que quieres y no una vaga idea general, o
la situación probablemente se te escape de las manos.
Contrariamente
a lo que hace mucha gente, no tiene ninguna utilidad mantener una conversación
en la que tan sólo quieras expresar tu enfado. ¿Qué pretendes conseguir
realmente?
Recuerda en todo momento cuál es tu objetivo, por muy tensa que
se ponga la conversación, y sé cuanto más específico mejor. Sólo de esta forma
podrás defender realmente tus necesidades.
6. Añade motivos a lo que pides
Cuando
pidas algo que realmente quieras conseguir explica también tus motivos. Dar motivos es una excelente
forma de reducir las probabilidades de que te rechacen porque tu interlocutor
verá que hay un razón real que sustenta tu petición, y que no es un
capricho tuyo.
-Disculpa,
¿te importaría hablar un poco más bajo por el teléfono? Me duele un poco la
cabeza y me cuesta concentrarme así.
Si
negarte sin dar explicaciones te parece demasiado brusco, una buena idea
es ofrecer alternativas al final de tu negativa:
-No puedo acompañarte por tu carro, tengo que
recoger a mi hijo en la escuela. ¿Por qué no le dices a Maria que te acompañe?
Siempre que proporciones motivos concretos, tanto al pedir algo
como al negarte, conseguirás que tu mensaje sea mucho más convincente y menos
agresivo.
7. Habla desde “ti” y no
desde “tú”
Incluso
cuando no sea tu intención, es habitual que en las conversaciones intensas las
demás personas perciban que las estás culpando. Utilizar la palabra “Tú” en tus
argumentos puede intepretarse fácilmente como una acusación y entonces, como
mecanismo de auto-protección, la gente se cierra y se distancia.
Porque
te ayudará a expresar tus verdades sin hacer que la otra persona se
sienta atacada o se ponga a la defensiva. En lugar de decir “Me
has tratado muy mal estos últimos días” puedes decir “Me
siento disgustado con la forma en que me has tratado últimamente”.
Hablar desde ti expresando lo que sientes, crees y opinas en
lugar de lo que hace la otra persona conseguirá que tus mensajes sean mucho
mejor aceptados.
8. Reduce tu ansiedad
con el lenguaje corporal
Las Posturas de Poder son aquellas que hacen tu cuerpo
tan grande como sea posible, como la posición que adoptan los deportistas
cuando ganan una competencia (brazos levantados, pecho hinchado, cabeza
ligeramente hacia arriba y boca abierta) o las personas cuando están orgullosas
(manos apoyadas en la cintura, piernas separadas, mentón hacia arriba).
Estas posturas son innatas: las adoptan incluso los atletas ciegos pese
a no haber visto nunca a nadie hacerlas.
Cuando quieras ser asertivo no te encojas, ni empequeñezcas tu
postura. Mantén una postura corporal firme y calmada, sin mostrar debilidad a
tu interlocutor ni, sobretodo, a ti mismo.
Conclusión
Cuando
hayas hecho de la asertividad un hábito, ya no te harán falta
estrategias porque empezarás a sentirte cómodo diciendo lo que piensas. Por que
decir lo que piensas es lo natural.
Recuerda
que habrá muchas ocasiones en las que no tengas éxito. Es normal. La clave está
en no venirse abajo y volver a intentarlo con más ganas. No es el miedo al rechazo lo que separa la
gente con mayor o menor confianza, sino cómo reaccionan a él.
La
asertividad, finalmente, tiene un maravilloso efecto sobre la propia
autoestima, convirtiéndose en uno de sus motores. Cuanto más te respetes a ti
mismo, más te respetarán los demás, y ése es, en realidad, el objetivo final de
la asertividad.
Una vez que iniciaste tu vida laboral, es importante saber en qué invertir, aquí te decimos en qué puedes invertir tu dinero en diferentes etapas de tu vida.